Cláudia Madeira, Arte da performance made in Portugal. Uma aproximação à(s) história(s) da arte da performance portuguesa, Lisboa, ICNOVA, Universidade Nova de Lisboa, 2020.

Recensão de Juan Albarrán

En las dos últimas décadas, han aparecido numerosas investigaciones que tratan de rescatar las historias de la performance en países muy diversos, pero que, por lo general, han ocupado posiciones periféricas dentro de los relatos canónicos sobre el arte del siglo XX. Sería el caso, entre otros, de los libros de Josefina Alcázar sobre México, Pavlína Moranová sobre la República Checa, Áine Phillips sobre Irlanda, Emilio Tarazona sobre Perú, Thomas Berghuis sobre China o Coco Fusco sobre Cuba, por nombrar solo algunos ejemplos [1]. Otros volúmenes, han tratado de atender el desarrollo de la performance en áreas geográficas largamente desatendidas y que están adquiriendo un peso cada vez mayor dentro de las nuevas narrativas del arte contemporáneo – global -, como América Latina, Europa del Este o el Sudeste asiático [2]. Estos trabajos podrían enmarcarse en un cierto giro espacial que está impugnando las viejas jerarquías entre centros y periferias con el objetivo de superar el eurocentrismo que ha dominado la historia del arte desde su nacimiento. Las aportaciones mencionadas dejan al descubierto a la vez que suplen las carencias de la historiografía dominante en el territorio de la performance, que podría identificarse con el libro ya clásico de RoseLee Goldberg, Performance: Live Art, 1909 to the Present (1979), una referencia ineludible, que, sin embargo, se circunscribía al eje Europa-Estados Unidos. Al mismo tiempo, los trabajos sobre el desarrollo de la performance en espacios alejados de los antiguo centros también responden a la expansión de las prácticas performativas en el campo del arte contemporáneo. En cierto modo, la performance, arriesgada y contestataria en un pasado reciente, se ha convertido hoy en una especie de lingua franca, corriente dominante dentro del sistema internacional del arte.

Portugal, como España – el contexto sobre y desde el cual trabajo -, también ha ocupado una posición hasta cierto punto marginal dentro de las historias del arte hegemónicas. Sur del norte, antigua potencia colonial, la cultura de la nación ibérica parece haber llegado tarde a los principales escenarios de la vanguardia del siglo XX, al menos desde una perspectiva moderna un tanto restrictiva, según la cual las aportaciones de las periferias son minusvaloradas como gestos derivativos de las producciones que tuvieron lugar “a tiempo” en los centros. En ese sentido, el trabajo de Cláudia Madeira, Arte da performance made in Portugal. Uma aproximação à(s) história(s) da arte da performance portuguesa, reviste un enorme interés. En su libro, el análisis de la tradición performativa portuguesa no toma como referencia los nombres y obras canónicas de la historia del medio. Madeira atiende a las particularidades de su contexto, tiene en cuenta las asincronías y décalages de sus historias, así como las interacciones entre las performatividades artística y social del Portugal contemporáneo. Y lo hace desde una encomiable autoconsciencia metodológica y disciplinar. El libro deja ver los problemas de su propio hacerse. La autora desvela y se confronta con las limitaciones de todo proceso de historización. La performance, como práctica híbrida y a menudo efímera, nos invita a repensar el trabajo del historiador, pero también la posibilidad misma de construir una historia. En varios sentidos, desafía los fundamentos epistemológicos de las disciplinas que tratan de aprehenderla.

Después de un capítulo introductorio que revisa los conceptos de performance, performatividad, efimeridad, (in)visibilidad o teatralidad, entre otros, Madeira propone un relato que atraviesa algunos de los principales episodios, autores y eventos de la performance portuguesa desde sus orígenes a principios del siglo XX hasta la actualidad. Teniendo en cuenta que el concepto de performance solo se generaliza a finales de los años setenta para referirse a propuestas artísticas no objetuales – performance art -, la construcción de esa genealogía implica la recuperación de prácticas que, en su momento, fueron producidas desde muy diversos espacios disciplinares – literatura, teatro, música y artes plásticas – bajo etiquetas igualmente diversas. Las protoperformances de futuristas y surrealistas constituyen el punto de arranque de una narración que recorre el experimentalismo – especialmente, en el terreno de la escritura – desarrollado durante el Estado Novo, cuando “a par de uma arte legitimada pelo Estado coexistiu sempre uma arte marginal” (p. 46). En el ámbito de la poesía experimental – concreta, visual -, tuvieron lugar durante los años sesenta los primeros happenings celebrados en Portugal. Con ellos, comenzaban a ensayarse nuevas formas de interacción entre las artes y entre los artistas y sus públicos. Esos desplazamientos se presentan aquí como antecedentes lejanos de la vanguardia de los años setenta y ochenta.

Después de la gran acción colectiva, fruto de la creatividad espontánea del pueblo, que fue la Revolución de los Claveles, se intensificó la actividad performativa en eventos y festivales organizados por personalidades clave como Egídio Álvaro o Ernesto de Sousa. En adelante, durante los ochenta, varias escenas de creadores, con procedencias y bagajes muy diversos, convivieron en el campo de la performance, en unos años en que “os apoios institucionais não abundaram, mantendo-se esta atividade viva geralmente através de um sistema alternativo desenvuelto pelos próprios agentes implicados artisticamente no processo” (p. 112). Aunque la performance no ha tenido un encaje fácil en museos y centros de arte hasta fechas recientes, durante los años noventa, la progresiva institucionalización de campo artístico permitió que un conjunto heterogéneo de prácticas híbridas – multimedia, danza teatro, espectáculos performativos – ganasen presencia en el sistema cultural. En cierto modo, convivían en el territorio de la performance, al menos, dos generaciones de creadores: una generación de artistas-gestores herederos del experimentalismo de los sesenta y setenta, y una nueva generación que asumía con naturalidad los códigos de un hibridismo postdisciplinar, en general, más próxima a las artes escénicas.

Todos ellos compartían una falta de consciencia histórica, “um défice de memória coletiva para esta arte experimental” (p. 119), lo cual explica que los artistas portugueses interesados en las prácticas performativas tuviesen que buscar sus referentes en el circuito internacional. El libro de Cláudia Madeira viene a paliar esa carencia. Ofrece un relato complejo en el que se entrecruzan en temporalidades múltiples debates estéticos, institucionales, socio-políticos y disciplinares. Cuando la performance parece impregnarlo todo y la hibridez ha devenido norma, necesitamos historias que asuman su propia provisionalidad, construidas desde la consciencia de su precariedad epistemológica: “Deixa, portanto, de haver uma “História” única, construída através de um discurso dominante, para se construírem várias histórias, onde as histórias ocultadas, secundarizadas, são “ressuscitadas” de modo a aprofundar as dinámicas sociais inerentes ao campo artístico” (p. 140).

[1] ALCÁZAR, Josefina (coord.): Arte-Acción y performance en los muchos méxicos, Ciudad de México, CITRU, 2016; MORGANOVÁ, Pavlína: Czech Action Art. Happenings, Actions, Events, Land Art, Body Art and Performance Art Behind Iron Curtain, Praga, Charles University, 2014; PHILLIPS, Áine (ed.): Performance Art in Ireland: A History, London, LADA, 2017; TARAZONA, Emilio: Accionismo en el Perú (1965-2000). Rastros y fuentes para una primera cronología, San Miguel, Galería ICPNA, 2005; BERGHUIS, Thomas J.: Performance Art in China, Hong Kong, Timezone & Limited, 2006; FUSCO, Coco: Pasos peligrosos: performance y política en Cuba, Madrid, Turner, 2017.

[2] ALCÁZAR, Josefina; FUENTES, Fernando (eds.): Performance y arte acción en América Latina, Ciudad de México, Ediciones Sin Nombre, Citru, 2005; BRYZGEL, Amy: Performance Art in Eastern Europe, Manchester, Manchester University Press, 2017; TONKIN, Steven: Political Acts: Pioneers of Performance Art Southeast Asia, Melbourne, Victorian Arts Centre Trust, 2017.


Juan Albarrán é professor do Departamento de História e Teoria da Arte da Universidade Autónoma de Madrid. As suas linhas de pesquisa e docência centram-se nas teorias e práticas artísticas contemporâneas, tendo vindo a dedicar-se especialmente à análise das relações entre arte e política em Espanha no período da transição para a democracia, em áreas como a arte da performance, as teorias da fotografia e as representações da tortura na cultura visual contemporânea. Sobre estes temas, escreveu os livros: Disputas sobre lo contemporâneo. Arte español entre el antifranquismo y la postmodernidad (2019); Performance y arte contemporáneo. Discursos, prácticas, problemas (2019); editou os dois volumes colectivos Arte y transición (2012 e 2018); Llámalo Performance: historia, disciplina y recepción (com Iñaki Estella, 2015) e Ensayo/Error. Tentativas interartísticas en el Estado español (com Rosa Benéitez, 2018).

Print Friendly, PDF & Email